Rukkatrukk Squigbuggy / Garrapatoneta
Rukkatrukk Squigbuggy / Garrapatoneta
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Es habitual encontrar Rukkatrukk Squigbuggies abriéndose paso a topetazos entre otros Lokoz de la Velozidad mientras corren hacia las líneas enemigas. Utilizan artillería viva de corto alcance para destrozar las líneas enemigas y cuentan con una variadas de bestiasquigs que arrojar contra el desdichado enemigo: squigs mordedorez, que se agarran a lo primero que encuentran y no dejan de morder hasta que se les muele a palos; squigs biliozoz, que escupen, segregan o vomitan diversos fluidos nocivos y squigs ¡búm! que explotan violentamente a la mínima provocación, supuestamente "para disuadir a los depredadores". Son disparados mediante los lanzasquigz que manejan los pasajeros para hacer llegar a su destino rápidamente el squig adecuado. Los chillidos, golpes y explosiones que se oyen claramente entre el bronco rugido del Squigbuggy demuestran que cumplen con su propósito.
Este kit multicomponente en plástico incluye todas las piezas necesarias para montar un Rukkatrukk Squigbuggy. Es un vehículo considerablemente robusto, para tratarse de una creación ork, aunque sigue luciendo claramente la inconfundible firma de un Mek con más martillos que criterio para usarlos. El Squigbuggy es una camioneta descubierta, con ejes anchos y muy separados para no volcar al recorrer terreno irregular. Al menos no la mayoría de veces. La caja trasera alberga un corral de squigs repleto de mordedores, biliosos y squigs ¡búm! vigilado por un grot que, la verdad, lo pasa bastante mal para mantener a los squigs bajo control. Un ork corpulento forcejea junto al corral con un squig al que intenta meter en el lanzasquigz pezado. A cada lado de la parte inferior del chasis hay un depósito de combustible (no es el mejor sitio para protegerlos de los golpes) y sendas sierras, perfectas para rajar ruedas y enemigos. La cabina, que en realidad no es más que unos tubos metálicos sobre el volante, aloja al conductor y a un copiloto apoyado en el disparador de su lanzasquigz, ambos cubiertos de los mordiscos, rasguños y arañazos propios de toda una vida criando squigs. El frontal del Squigbuggy luce grandes dientes sobre el radiador y un parachoques con pinchos.
Esta miniatura se compone de 61 piezas e incluye una peana ovalada Citadel de 150 mm.
Este kit multicomponente en plástico incluye todas las piezas necesarias para montar un Rukkatrukk Squigbuggy. Es un vehículo considerablemente robusto, para tratarse de una creación ork, aunque sigue luciendo claramente la inconfundible firma de un Mek con más martillos que criterio para usarlos. El Squigbuggy es una camioneta descubierta, con ejes anchos y muy separados para no volcar al recorrer terreno irregular. Al menos no la mayoría de veces. La caja trasera alberga un corral de squigs repleto de mordedores, biliosos y squigs ¡búm! vigilado por un grot que, la verdad, lo pasa bastante mal para mantener a los squigs bajo control. Un ork corpulento forcejea junto al corral con un squig al que intenta meter en el lanzasquigz pezado. A cada lado de la parte inferior del chasis hay un depósito de combustible (no es el mejor sitio para protegerlos de los golpes) y sendas sierras, perfectas para rajar ruedas y enemigos. La cabina, que en realidad no es más que unos tubos metálicos sobre el volante, aloja al conductor y a un copiloto apoyado en el disparador de su lanzasquigz, ambos cubiertos de los mordiscos, rasguños y arañazos propios de toda una vida criando squigs. El frontal del Squigbuggy luce grandes dientes sobre el radiador y un parachoques con pinchos.
Esta miniatura se compone de 61 piezas e incluye una peana ovalada Citadel de 150 mm.